Un día una persona muy cercana me dijo “cuando fumo me siento acompañada, me hace sentir más fuerte.” Y no sé por qué, pero algo me dice que no sólo le pasaba a ella, sino que a ti también te pasa. Intentas dejar de fumar, pero sientes tanta inquietud, sobresalto, agitación y estrés que el cigarrillo seduce tu fuerza voluntad y vuelves a caer. Nuevamente, te repites que no tienes autocontrol, que no tienes autoestima, ¡soy incapaz de quererme! Cada vez te vas odiando más y te vas juzgando a tal nivel que tu cigarrillo destruye tu cuerpo y tu voz destruye tu cuerpo emocional.
Poner límites al consumo de tabaco por ti mismo, esto es, SOLO, es una tarea sumamente complicada, y en este artículo entenderás por qué. Si realmente quieres dejar de fumar, y que sea para siempre, necesitas un acompañamiento integral terapéutico. Cuando dejas de fumar, sientes sudoración, pálpitos y agitación corporal. Dicho en términos técnicos: transitas un síndrome de abstinencia colosal que dominarlo es como pretender abrir los ojos cuando estornudas. ¿A que no puedes? Determinadas funciones por mucho que te esfuerces en evitar no dependen sólo de tu fuerza de voluntad. En cuestión de tabaco, querer NO ES PODER (sirva esta frase de paso para recomendarte un gran libro: “Querer no es poder” A. Washton y D. Boundy).
Primero de todo, y quizás lo más importante que necesitas saber: tú tienes una conducta adictiva, no eres un adicto. Es necesario que sepas que eres buen@, no te avergüences de ti ni te juzgues, ni te castigues ni te dejes humillar (primero por ti y después por los demás). Eres limpio y digno de amar. Simplemente es que has generado una conducta dañina que, con ayuda, dejarás de hacer. Y, lo mejor, si te dejas ayudar dejarás de ser lo que pensabas que eras para ser lo que realmente eres.
¿Nunca te has preguntado porqué después de años de no ir en bici puedes subirte en una y pedalear como si fuera ayer la última vez que montaste? Permíteme que te cuente cómo funciona el cerebro de un@ fumador@ así podrás entender la complejidad de librarse del tabaco.
¿Qué le pasa a tu cerebro cuando fumas?
Lo que llamamos tabaquismo no deja de ser un proceso de aprendizaje por recompensa. La nicotina y todas las sustancias del cigarro secuestran el circuito de recompensa del cerebro y le hacen dejar de ser funcional, lo estropean. ¿Cómo? En el proceso de sentir y recibir placer intervienen principalmente las neuronas del núcleo accumbens que reciben dopamina y en ese momento la amígdala evalúa la recompensa prevista. La parte prefrontal del cerebro procesa la información, compara opciones y decide libremente la respuesta a dar. Liberada la dopamina, no está mucho tiempo entre neuronas para equilibrar la balanza entre placer-normalidad, de ahí la entrada de los inhibidores de dopamina.
En el caso de la nicotina, ésta estimula directamente las neuronas productoras de dopamina. Además, reduce los receptores naturales de la dopamina que permanecen a niveles bajos incluso después de un año de dejar de fumar. Esta función es la que provoca que cada vez necesites consumir mayor tabaco.
No te conviertes en fumador de un día para otro. Hay gente que tarda años, y llega un día, en que el abuso del tabaco cruza una barrera de no retorno, el cerebro se estropea y pierdes literalmente el control del consumo.
Dejar de fumar no es un acto de voluntad; en materia de adicciones, querer no es poder. El consumo regular y progresivo hace que un día cualquiera la parte prefrontal de tu cerebro ya no cumple con su función de “filtro”, no puede calibrar ni sopesar, no puede elegir qué hacer, está dañada. Pierdes literalmente el control de toda la parte prefrontal, te quedas sin libre albedrío. Te encuentras obligad@ a fumar, no eliges hacerlo. Tienes instalados automatismos y compulsividades.
Además de todo lo anterior, se crea un condicionamiento, clave para afianzar el tabaquismo. La primera vez que fumas, de forma inconsciente, tu cerebro capta y registra los elementos y circunstancias ambientales que rodean la situación de consumo: un color, un olor, un ruido, un lugar -p.ej. bar o restaurante-. Todos estos elementos ambientales generan a su vez una memoria procedimental que necesita tu tálamo y tu núcleo caudalo. La memoria que utiliza tu cerebro para activar el impulso de fumar es la misma memoria que utiliza para que puedas ir en bici aun y después de que hayan pasado 40 años sin que te hayas subido a una. Al captar cualquier elemento ambiental, tu dopamina promueve el recuerdo inconsciente asociado a la recompensa (un cigarro) y activa todo lo necesario que hay en ti para poder recibir la recompensa, el premio -fumar un cigarrillo-.
¿Entiendes ahora por qué te sientes incapaz de dejar de fumar? En un estado normal, tu corteza prefrontal calibraría que respuesta da cuando tu cerebro activa el recuerdo de placer en el momento de fumar. No obstante, el consumo paulatino, regular y progresivo de cigarros ha provocado que tu cerebro deje de actuar funcional y correctamente y, por tanto, esa parte de tu corteza prefrontal ya no cumple con su función de “filtro”.
¿Sabes por qué mucha gente después de dejar de fumar engorda? Pues porqué sólo han cortado el consumo, han cortado con la conducta de fumar, pero no han hecho un trabajo terapéutico a fondo y profundo, siguen teniendo una conducta adictiva, sólo que ahora lo llevan hacia la comida y no hacia el cigarro. Imagínate que sucede cuando hacen dieta…¿A dónde llevan la corriente del deseo de “tomar”?
El placer es connatural al ser humano y es bueno. No te enferma una sustancia, te enferma el “para que” la consumes (finalidad), la cantidad y la frecuencia.
Después de estar 1 año sin fumar, ¿podré volver a consumir de vez en cuando algún cigarrillo cuando salga de fiesta? Me encantaría decirte que sí, pero aún no conozco a ningún exfumador que, después de recuperarse y rehabilitarse, pueda consumir sólo 1 cigarro, sólo 1 y volverse para casa. ¿Probarlo? Tu deseo de ponerte a prueba no es más que un deseo de consumo camuflado de arrogancia (crees que controlas) que te llevará de rodillas a transitar un periodo de abstinencia muchísimo más doloroso que el primer día que dejaste de fumar.
Deja que te cuente un gran secreto: el Mindfulness como técnica te permite a medio plazo consolidar de forma cierta una rehabilitación de tu tabaquismo. Para soltar el tabaquismo no basta con cortar el consumo y punto. Tampoco es suficiente un abordaje cognitivo (de pautas mentales). Necesitas mucho más que esto… Para recuperarte del tabaquismo por completo y asegurarte de que no vuelvas a caer más necesitas un trabajo terapéutico profundo y aunque por ahí se vendan métodos rápidos y eficaces no existen, no es verdad. Requiere compromiso, acompañamiento terapéutico de raíz transpersonal y un trabajo integral (cuerpo, mente, emociones, transcendencia). Como has podido comprobar por tus propias “carnes”, el tabaquismo es muy grande, tanto que te hace caer una y otra vez y te hace enfermar en silencio. ¿Crees que eres lo suficientemente grande, poderoso y omnipotente para ganar su batalla?
Con el Mindfulness amablemente vas refinando tu consciencia y recuperando tu libre albedrío: el poder de elegir. Al vencer el tabaquismo de esta manera, te sientes en equilibrio, en paz y te permite sentir emociones reales. Con la terapia transpersonal, que incluye el mindfulness, transciendes tu ego inmaduro y lo transformas en un ego funcional, sano y consciente que te permite salir del tabaquismo. No es lo mismo ser abstemio que ser sobrio.
¿Has probado un montón de técnicas y terapias y aun sigues levantándote con deseo de fumar? ¿Quieres descubrir exactamente por qué fumas? Hay un camino para volver a quererte de nuevo y volver a vivir, puedes dejar de sobrevivir, ¿te ayudo? Sinceramente, yo he transitado tú mismo camino y toda la experiencia y formación que tengo te puede ser muy útil para volver a ser libre. He transitado el tabaquismo y en un momento de mi vida creía que tenía el control, hasta que lo perdí por completo. No fue hasta que accedí a la terapia transpersonal que puede rehabilitarme del tabaquismo, dejé de ser una esclava. Lo que yo llamaba control, eran en realidad periodos de abstinencia. Lo que yo llamaba consumos puntuales de fin de semana, eran en realidad auténticas recaídas.
Junt@s trazaremos tu programa terapéutico a medida para que dejes la conducta y, lo más importante, construyas un nuevo Yo, una nueva identidad consciente que te haga vivir en un bienestar perenne. Te asistiré en todas las fases que necesitas para soltar definitivamente el tabaquismo. Escríbeme, te leo: