¿Desde que han fallecido tus padres la relación con tus hermanos es distante y te genera rabia y confusión? ¿Sientes que, “de repente” el carácter de tu herman@ se parece más que nunca al de tu padre o madre? ¿Te preocupa que tu herman@ se sienta más merecedor que tu de recibir más dinero? ¿El desconocimiento del patrimonio (no saber lo que hay) te saca el sueño? ¿Transitas nerviosismo y mucha ansiedad por qué desconoces los trámites legales y las gestiones que hay que hacer?
He ejercido por más de 20 años como abogada y, desde ahí, como abogada, puedo decirte que en herencias se puede aplicar un principio que dice: “un testamento es un acto de voluntad y no un acto de justicia”. Y como terapeuta te digo que la injusticia se da en casi todas las herencias, y que es normal sentir rabia, confusión, dolor, tristeza y desesperación. Son unas emociones muy contractivas que te desestabilizan e infravaloran y que, inevitablemente, te perturban, te duelen, y tienes todo el derecho a sentirlas, vivirlas y nombrarlas. Ahora bien, si te quedas ahí y no las sanas, puedes correr el riesgo de que queden enquistadas y no sólo perjudiquen la parte legal de la herencia (recibir menos de lo que te corresponde por haberte dejado llevar por la impulsividad), sino que te produzcan daño en tu salud mental. De ahí que es clave el abordaje terapéutico a la vez que sucede el proceso legal de herencia.
Quizás crees que la solución pasa por ser frío, actitud de “yo puedo con todo y es lo que hay” o, quizás, una voz interior te susurra “si recibo menos es lo que hay, no voy a jugar un juego donde perder a mi familia sea una opción”. Estos mensajes son tu voz crítica interior que ante todo busca evitar el conflicto, protegerte y evadirte de la realidad. Pero, tarde o temprano, vuelven a aparecer estos asuntos de familia, así que quizás vale la pena prestarle atención justo ahora, cuando estás a punto de firmar o recién firmada la herencia.
¿Por qué tu herencia te provoca tanto conflicto? Voy a contarte algo importante. Las herencias son muy viscerales por que están asociadas al amor. Lo que te da seguridad para poder vivir es: el amor; el afecto y el dinero. Estos 3 componentes te garantizan a ti (y a todos) la supervivencia, lo sé, suena muy primario, pero ¡es verdad!. Las herencias tocan el dinero y el amor y de ahí que provoquen tanto conflicto, están apretando la tecla de SOS ¡emergencia de supervivencia! Si quieres hacer Justicia (equilibrio entre el dar y el recibir) parece que tengas que renunciar al vínculo afectivo. Sistémicamente se da una renuncia en beneficio de otro orden del amor: Compensación -justicia- versus Vínculo -relaciones afectivas y cercanas-.
Si tuviera que enumerar 3 grandes problemas en tema de herencias serían: (i) el carácter y la actitud de los otros herederos (especialmente, la actitud que se despliega entre hermanos); (ii) la ignorancia acerca de cuanto patrimonio hay y cuanto se debe de pagar a hacienda; y (iii) que siempre alguien cree que merece más.
Saber lo que hay de patrimonio a recibir y a pagar a hacienda es fácil. En procesos terapéuticos donde el asunto parte de una herencia, me gusta ofrecerte información y asesoramiento legal inicial para que así despejes un porcentaje elevado de preocupación y ansiedad. Después, ya sólo es cuestión de trámites y de gestiones, al fin y al cabo, cuando conoces lo que la ley dice poco puedes hacer para cambiarla.
Ahora bien, ¿qué sucede con los otros problemas? ¿Qué haces con el carácter, actitud y deshonestidad del resto de herederos? ¿Y si uno de ellos es tu hermano o hermana?
Tu asunto de herencia es una oportunidad para transformar, crear y vivir una relación más consciente y sana con tus familiares y, en especial, contigo mismo. ¿Eliges subirte a este tren? Voy a avanzarte algo: recibir lo que te pertoca no es un acto de materialismo o avaricia, es un acto de respeto a los límites que nos rodean, empezando por los legales y terminando por los éticos. Que recibas lo que te pertoca no te hace ser un materialista o frio y tampoco comporta necesariamente que pierdas la relación con tus familiares.
Por mi experiencia como abogada, puedo decirte que en las herencias de los padres siempre hay algún hermano o hermana que se cree más merecedor que el otro de recibir más patrimonio. Y coincide, en casi todos los casos, que el que menos recibe es aquel que ha roto con las fidelidades del clan familiar. Aquél que ha dicho: “hay un Elefante delante del salón y voy a sacarlo de ahí”. Este hermano o hermana es el que paga el peaje de sentirse castigado por recibir menos patrimonio. Y en frente, hay el otro hermano/s que reciben más y que, también sufren, de forma distinta, pero sufren igual.
Tanto si sientes injusticia como si te sientes justamente tratado, una herencia mueve emociones, creencias, patrones y lealtades familiares que emergen cual tsunami e irrumpen en tu bienestar.
Si la emoción de injusticia, impotencia y enfado es muy elevada, te invito a que cuando aparezca hagas el siguiente ejercicio, te muestro como hacerlo: levántate de donde estés y sacude tu cuerpo, como si te sacaras polvo de encima. Haz 2 respiraciones profundas, sitúa el dedo pulgar en el entrecejo y pronuncia: “Yo soy yo”, “Me libero del dolor y las cargas transgeneracionales”. Después, abres los ojos y miras a un techo blanco y con los ojos das vueltas en círculo. Sostén todas las emociones contractivas que vengan.
Tomar consciencia de tu posición en la herencia es vital para que tenga un buen final y para evitar que se rompan los vínculos familiares. Y, para tomar consciencia, a veces es necesario y muy aconsejable dejarte acompañar terapéuticamente. Seas el hermano “oveja negra” o seas el hermano o hermana triunfante, en ambos casos, existen heridas a sanar.
Si hay malestar emocional, contracción, mala comunicación y desordenes familiares pueden llevarte a que la herencia se deba solucionar en los Tribunales. En España los juicios por herencia tardan, de promedio mínimo unos 9 meses, se pueden extender durante años, sin que exista un tiempo máximo y, además, son más caros, mucho más que si se resuelven de forma amigable entre los familiares. ¿No crees que vale la pena limar y pulir terapéuticamente las emociones que te suscita la herencia de tu familiar?
Las desavenencias entre hermanos en una herencia vienen respaldadas por creencias y lealtades sistémicas. A veces un hermano cree que “merezco más porqué he cuidado “más” y “mejor” de papa y mama”. Otras veces existe inconscientemente un enfado del hermano mayor por haber hecho de padre o madre de su hermano o hermana pequeño y recibiendo más cree que compensa ese plus de trabajo. Y, en otras ocasiones, simplemente hay la creencia de que al ser de mayor edad ya comporta recibir si o si más (el famoso derecho del primogénito). Sea lo que sea, queda cuantificado que el 69% de los asuntos hereditarios que acaban en demanda judicial tienen su origen en problemas de orden sistémico. Todos ellos evitables, es decir, que se acudió a juicio cuando en realidad, si se hubiera abordado previamente con un terapeuta o un constelador familiar se hubiera contribuido a no saturar la justicia en España, se hubiera ahorrado dinero y se hubiera podido contentar a todas las partes (es sabido que en sede judicial siempre una parte acaba descontenta). Hay herencias injustas que responden a una resolución o compensación de una traición económica vivida en el clan familiar. Observarlo, es el primer paso para verlo y elegir seguir la fidelidad al sistema o cambiar y tomar decisiones acordes a tu nueva realidad.
¿Piensas que estarías leyendo este artículo sino creyeras que todo lo anterior es posible? Una parte profunda de ti sabe que si lo es. He llegado a ver como una persona no quería acudir a terapia para solventar la parte emocional de la herencia por lealtad a su madre. Según su madre, ir a terapia o psicólogo era para los enfermos y locos. En otra ocasión, un hermano daba más atención y más afecto del normal a su otro hermano (que se sentía abrumado) para compensar sus mentiras, para seguir ejerciendo de papa y de mama del otro hermano y para perpetuar la exclusión del otro hermano por ser “la oveja negra”.
Las cosas no son ni buenas ni malas, simplemente son. Si como hermano o hermana ves la realidad, la observas, ves tu parte personal implicada y responsable, sabrás vibrar en un estado que, aun y recibir más, mantendrás la consciencia y el amor para honrar a tu otro hermano. Y él o ella, lo percibirá, y también te honrará como parte necesaria del proceso de sanación familiar.
He creado el Programa Terapéutico de Herencias Conscientes donde te ofrezco acompañamiento terapéutico emocional y legal. De forma previa o simultánea a la firma de la escritura de herencia, te acompaño en un proceso terapéutico transformador de tu Ser y de tu clan familiar. ¿Qué ganas con ello? Ganas recibir lo que te corresponde, garantizar tu vínculo con tu familia, vivir en paz y amor y ahorrarte dinero en Tribunales. Como abogada y terapeuta te acompaño en el despliegue de una mirada conciliadora, reparadora y sostenible para llegar a la firma de tu herencia con consciencia y con un vínculo sano familiar. Si quieres que te ayude a poder liquidar tu herencia con tranquilidad y bienestar familiar, te animo a que te pongas en contacto conmigo en el 655 624 863 o en blanca@ankaterapia.com.
Si crees que aún no necesitas ayuda, te animo a que leas “¿Por qué creo que no necesito ayuda?” en mi Blog.