El proceso de tu divorcio es un viaje emocionalmente desafiante que lleva consigo una carga significativa de angustia, soledad y, a menudo, la compleja cuestión de la custodia de los hijos. Cada uno de estos aspectos se entrelaza en una maraña de sentimientos que requiere paciencia, comprensión y, sobre todo, autocuidado. Llevar todo esto solo es complejo y arriesgado para tu salud mental.
Me he divorciado y, aun y ser terapeuta, tuve mi acompañamiento terapéutico. Sé de lo que hablo. La angustia, la sensación de no tener suelo bajo los pies y de estar en auténtico estado de peligro e indefensión es, quizás, un síntoma de “corazón roto” que necesita de acompañamiento en terapia.
El divorcio es un proceso emocionalmente agotador que va más allá de la mera separación física. Entre los numerosos desafíos que se te presentan, el reparto de bienes, las deudas y la burocracia legal se elevan como obstáculos significativos, añadiendo una capa adicional de complejidad a la ya tumultuosa montaña rusa de tus emociones. La buena noticia es que soy terapeuta y abogada con lo que puedo también asesorarte en la vertiente legal. Créeme, lo más difícil no es firmar el convenio de divorcio, sino que superes el odio hacia tu pareja, la tristeza de estar solo/a y la ansiedad de las deudas.
Sin duda la angustia, la soledad y la custodia de tus hij@s son las 3 piedras angulares que te impiden vivir el proceso de divorcio y separación de manera sana y equilibrada. ¿Quieres saber por qué?
- La Angustia del divorcio:
La angustia es una compañera constante en tu camino del divorcio con tu pareja. La ruptura de una unión que alguna vez fue fuente de amor y apoyo mutuo te deja cicatrices emocionales profundas. La angustia se te manifiesta de diversas maneras: desde la tristeza persistente hasta la ansiedad sobre el futuro. La incertidumbre que rodea tu vida post-divorcio puede generarte un sentimiento de pérdida, no solo de tu pareja, sino también de la seguridad y la estabilidad que se asociaban con la vida conyugal, es decir, de tu nido.
Es vital que te reconozcas y te permitas experimentar la angustia. Buscar apoyo en amigos y familiares es útil si bien está claramente estudiado que en estos casos acudir a profesionales de la salud mental es la herramienta crucial para navegar por este mar de emociones. La terapia proporciona un espacio seguro para explorar y procesar la angustia, allanando el camino hacia la aceptación y la curación.
- La Soledad después del divorcio:
La soledad es otra sombra que te sigue de cerca en tu divorcio, y en especial, cuando tampoco estarás rodeado de tus hij@s. La separación física y emocional puede dejarte con la sensación de estar sol@ incluso en medio de multitudes. La adaptación a una nueva vida, posiblemente sin la compañía diaria de tu pareja, puede ser desalentadora y provocarte no sólo estados emocionales contractivos sino dolencias físicas como el insomnio, la falta de apetito y la conocida “fatiga crónica”.
Es crucial entender que la soledad no implica necesariamente la falta de compañía, sino más bien la sensación de desconexión emocional. Explorar actividades que brinden satisfacción personal, así como construir nuevas conexiones sociales, puede ayudarte a llenar el vacío dejado por la relación anterior. Aprender a disfrutar de tu propia compañía es un paso fundamental hacia la superación de la soledad y aprender las herramientas de autoestima necesarias para afrontar esta nueva fase de vida.
- El Desafío de la custodia de los Hijos:
Por si no fuera poco, dentro de la maraña de dolor que tienes nace un iceberg muy elevado: tus hijos. Los hijos en un divorcio son, sin duda, el punto de mayor dolor y conflicto. ¿Y la solución a este dolor? Trabajo interior y visión sistémica del asunto. Permíteme que te cuente porqué cuando hay hijos la necesidad de acudir a terapia antes de un abogado es casi inevitable y super necesario. En concreto, la terapia sistémica y el enfoque de la constelación familiar.
Cuando hay hijos involucrados, el divorcio se complica aún más, ya que la custodia se convierte en un tema sensible y delicado. La preocupación por el bienestar de tus hijos, combinada con la necesidad de equidad en la crianza, puede generar tensiones adicionales con tu pareja. La custodia implica no solo la separación física con tu pareja, sino también la división de responsabilidades parentales y la separación, aunque sea momentánea por días, con tus hijos.
Es esencial priorizar el interés superior de tus hijos durante este proceso. La comunicación abierta y respetuosa con tu expareja, la creación de un plan de crianza claro y la búsqueda de mediación en caso de desacuerdo son pasos fundamentales para garantizar un entorno estable y amoroso para tus hijos. Al ser terapeuta y abogada puede ayudarte en todos estos aspectos cruciales para el bienestar de tus hijos.
En el proceso de enfrentar tu angustia, tu soledad y todos los desafíos de la custodia de tus hijos, es crucial que recuerdes que el divorcio, aunque doloroso, también ofrece la oportunidad de un nuevo comienzo. La búsqueda de apoyo emocional, la autoreflexión y el enfoque en el crecimiento personal son las herramientas más poderosas para superar las dificultades emocionales y construir un futuro más saludable y pleno. La clave está en permitirte sentir, aceptar el cambio y avanzar con valentía hacia la reconstrucción de una vida post-divorcio más satisfactoria.
¿No es curioso que, aunque uno se haya separado de su pareja, anhelando algo mejor, vuelva a encontrarse con las mismas dificultades en la siguiente relación? De nuevo se hace patente la importancia de dedicar tiempo y espacio a la reconstrucción de tu Yo interior para evitar que atraigas idénticos problemas y idénticas parejas.
Volvamos a lo de antes: ¿Por qué la terapia sistémica y las constelaciones familiares son eficaces en los conflictos del divorcio? Sé qué crees que las soluciones pasan por un buen abogado (si es caro mejor), por olvidar y dejar pasar el tiempo o, incluso, por “dejar el problema y volver a una vida igual y feliz”, la limpieza de mente o el cambio de chip. Pero te informo que el 66% de los conflictos en una relación de pareja obedece a los problemas que tienes interiormente causados en la fase de infancia y adolescencia mientras convivías con papa y mama. La relación de apego con tu familia de origen determina directamente el éxito o fracaso con tus parejas. Por ello, es muy aconsejable y altamente recomendable que empieces por hacer terapia sistémica y de constelaciones familiares para empezar a transformar tus relaciones de pareja y poderte vivir en paz interior y con relaciones conscientes y amorosas. Y, sobre todo, para garantizar que tus hijos vivirán en paz con los padres que tienen y que tu eventual nueva pareja no será calcada a la anterior.
- ¿Qué te aporta la terapia sistémica y las constelaciones familiares para superar la angustia, la soledad y los problemas en la custodia de tus hij@s? Déjame que te lo explique:
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- Comprender las Dinámicas Familiares: con las sesiones sistémicas exploras cómo los patrones de interacción, las expectativas y las relaciones previas que aprendiste de pequeño afectan la experiencia emocional de tus hijos actuales. Esta comprensión más amplia te permite abordar el proceso de divorcio de forma saludable y otorgar a tus hijos un bienestar emocional.
- Fomentar la Comunicación Abierta: aunque te divorcies, tú y tu pareja seguiréis siendo padres de vuestros hij@s por lo que es necesario garantizar una buena comunicación. La terapia sistémica se centra en fomentar la apertura y la empatía entre vosotros dos, creando un espacio donde cada tu y tú pareja pueda ser escuchada y comprendida. Esto beneficia a vuestros hij@s, quienes pueden experimentar un ajuste emocional más suave cuando se mantienen canales saludables de comunicación entre sus padres.
- Abordar las Lealtades a papa o a mama: la terapia sistémica reconoce que, en un divorcio, los hijos a menudo se encuentran en una posición de lealtad dividida. Se les puede pedir que tomen partido o que elijan entre los padres, lo que genera un conflicto emocional significativo. Cuando accedas a constelarte verás como gestionar estas dinámicas y promover un entorno más saludable para el crecimiento emocional de tus hijos.
- Comprender las Dinámicas Familiares: con las sesiones sistémicas exploras cómo los patrones de interacción, las expectativas y las relaciones previas que aprendiste de pequeño afectan la experiencia emocional de tus hijos actuales. Esta comprensión más amplia te permite abordar el proceso de divorcio de forma saludable y otorgar a tus hijos un bienestar emocional.
En los procesos emocionales por divorcios, la terapia sistémica ofrece soluciones que van más allá de la superficie de la separación y te permiten fomentar la comunicación abierta, enfrentar lealtades divididas y, en especial, transformar tu angustia y soledad. Tras una sesión sistémica, tus hijos ya no son un problema sino un motor de cambio personal y una meta nueva de felicidad. ¿Te ofreces la posibilidad de que te acompañe? ¿Reconoces en lo que has leído hasta ahora un eco en tu proceso? ¿Crees que hubieras llegado hasta el final del artículo si lo que te hablo no pudiera servirte?
Contáctame en el +34 655 624 863 o agéndate una sesión informativa gratuita en el enlace Sesión Gratuita para que pueda acompañarte terapéutica y legalmente en tu divorcio. Permítete sustituir tu angustia y tu soledad en confianza y paz. Otorga a tus hijos el mejor legado que pueden recibir: ver unos padres felices.