“Deja que la meditación se encargue de tu ansiedad”
Blanca González
¿Te cuesta descansar por la noche por el estrés acumulado y esto aun te genera más ansiedad? ¿te encuentras constantemente sobre estimulado a organizar, planificar y anticipar sucesos que aún no han ocurrido?
Si te sientes imposibilitado de llegar a todas tus tareas, sufres de insomnio, eres incapaz de permanecer sin hacer nada (si, lo lees bien: NADA) en el sofá de tu casa por al menos 30 minutos al día y sientes un automatismo que te obliga a estar haciendo algo constantemente (ni que sea pensar o organizar mentalmente) PARA de inmediato y RESPIRA. Probablemente estés en un nivel de estrés crítico para tu salud.
Salvo el algunos casos, para tener ansiedad previamente necesitas tener estrés, digamos que es el ingrediente madre inevitable para sufrir de ansiedad. ¿Qué es el estrés? Sentir que debes hacer algo y no puedes. Sea una sensación justificada y real o sea una percepción tuya, una irrealidad, la cuestión es que sientes que debes y no puedes. En términos técnicos: demandas que llegan a ti (sean del tipo que sean) superan los recursos disponibles que tú tienes para afrontarlas, ya sea realmente o tal y como lo percibes, surge la respuesta de estrés, que es simplemente una hiperactivación de tu organismo para poder hacer frente a una situación de emergencia. Si esta reacción es puntual y específica, suele ser útil para responder adecuadamente a la situación que sea y poder adaptarte a los cambios. Pero cuando esta reacción se vuelve crónica, se genera un desequilibrio y malestar en tu cuerpo, mente y emociones, con altísimos costes para el bienestar general y la calidad de tu vida.
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el estrés es la segunda causa de absentismo laboral en la Unión Europea. La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo cifra en un 28% el número de trabajadores europeos que padece algún tipo de estrés laboral.
Voy a contarte como generas tu ansiedad. Para que produzcas ansiedad necesitas 3 cosas: (i) qué algo, sea interno o externo y, lo suficientemente intenso, te exija de ti una respuesta y tu percibas a este “Algo” (agente estresor) con incomodidad, miedo, pánico o agitación y nerviosismo; (ii) el “Algo” (estímulo que viene en forma de pensamiento, emoción o sentimiento) tienes que percibirlo tú como una amenaza, lo que no tiene porqué coincidir necesariamente con una amenaza real: puedes percibir como una amenaza una araña, y para nadie más lo es, pero para tí es innegociable que una araña es una amenaza; y (iii) que tú percibas, real o imaginariamente, que careces de los medios o recursos necesarios para hacer frente a la araña, a esa amenaza con relativa soltura y facilidad. Si el “Algo” (estímulo o agente) es efectivamente agresor y se mantiene en el tiempo el cuerpo pasará por diferentes fases en la búsqueda de su respuesta: “¿Qué debo hacer para…”?. En cada una de ellas las posibilidades de continuar hacia un efecto dañino o afrontarla de forma saludable, requerirá diferentes estrategias por tu parte. ¿Quieres aprenderlas? Yo puedo enseñarte.
Ahora ya sabes que si quieres reducir tu ansiedad primero tienes que eliminar el estrés nocivo en tu vida. ¿Cómo? Pues con Meditación, una herramienta fácil, asequible y económica -no requiere que compres material ni que te apuntes a un gimnasio ni irte a un monasterio budista o ser religioso-. Existen 2 tipos de meditación: (i) la formal que consiste en sentarte, cerrar los ojos, hacer silencio y observar tus contenidos mentales y emocionales; y (ii) la informal: el llamado mindfulness que es llevar la meditación formal a los aspectos cotidianos y profanos (comer, sexo, comunicaciones, ejercicio físico, etc.). Ambas puedes aprenderlas en las sesiones on line que te ofrezco.
¿Qué consigues con la Meditación? Reducir hasta regular perfectamente tu estrés y, en consecuencia, tu ansiedad. ¿Cómo lo hace la Meditación por ti? La meditación te enseña a:
- RESPIRAR: La meditación que te invito a aprender es la transpersonal (de base zen) cuya principal premisa es poner la atención y la concentración en tu respiración. No para cambiarla ni modificarla sino para observarla. La respiración consciente es un medio enormemente efectivo para atenuar los efectos ligados a la ansiedad: es imposible permanecer tensos y angustiados cuando respiramos consciente y pausadamente. Tú respiración se relaciona y se asienta en el sistema nervioso.
Si respiras mal o estás nervioso provocas tensión en el diafragma y esto crea una opresión en los pulmones que acaba en respiración agitada. La respiración agitada provoca a su vez tensión en otros músculos, pues se hace necesario mayor esfuerzo para respirar, y esto conlleva mayor desgaste energético. Al cabo de pocos segundos de mantener esta respiración agitada, la tasa cardiaca comienza a volverse más rápida, la presión arterial aumenta y crece el grado de gasto metabólico necesario para mantener en funcionamiento el sistema. Se envía una señal de alerta entonces al cerebro. Acabamos de iniciar el círculo vicioso del estrés. - OBSERVAR: muchas veces te fundes y te fusionas con una situación, una sensación e, incluso, con los sentimientos de una persona. Crees que eres “Eso”. Es decir, crees que eres lo que piensas y lo que sientes y, por tanto, obedeces sin dudar a esa voz que te ordena constantemente un hacer o un sentir. Al meditar aprendes a colocarte en una posición de Observador/a, que yo llamo “modo dron”, te sitúas como observador/a de los contenidos de tu mente sin identificarte con ellos, dando un paso atrás y aprendiendo a situarte en la pacífica distancia del observador con el objeto que observar. Y ahí viene el milagro: “Todo lo observable, es modificable, porqué no eres eso” Te entreno en estar presente con tus emociones y pensamientos sin dejarte atrapar por ellos.
- SILENCIARTE: el silencio, la lentitud y la calma no es inactividad, paradójicamente, cuando permanecemos en silencio y quietud las cosas brollan sin ser forzadas y emerge lo que necesitas saber y hacer. Aprender a estar y a prender a sostener un silencio es clave para mejorar tus relaciones, tus comunicaciones y es la semilla del éxito personal y profesional. Además, estar en silencio ofrece múltiples beneficios neuronales a tu cerebro. La meditación te entrena en ello y en “darte cuenta” de que no sucede nada malo por estar en silencio, aprendes a romper las creencias erróneas acerca de lo que te enseñaron sobre las normas de comunicación. El poeta Arturo Graf dijo “Si quieres oír cantar a tu alma, haz el silencio a tu alrededor”.
Te invito a que busques e investigues los beneficios médicos de la Meditación. En diagonal puedo decirte que meditar no sólo reduce el estrés y, por tanto, la ansiedad, también tiene otros muchos beneficios que pueden ser útiles para ti. Tales como: Mejora el sueño; Reduce el dolor; Reduce la inflamación sistémica; Reduce la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular; Reduce el riesgo de cáncer; Cambia la estructura del cerebro; Mejora la cognición; Reduce el comportamiento adictivo; Reduce los antojos de comida y la obesidad; Mejora la fertilidad; Aumenta la longevidad. Adicionalmente, amplia tu consciencia; te permite aprender a regular tus emociones; te enseña la verdadera actitud de compasión y te da acceso al nivel transpersonal de tu identidad, te compatibilizas con tu proyecto de vida.
En Estados Unidos, el 30% de las escuelas de Medicina ya incluyen Mindfulness en sus planes de estudio. En un estudio publicado por la revista americana de Psiquiatría Biológica, un equipo dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts se concluye que el mindfulness ayuda a eliminar los pensamientos y emociones negativos de miedo y ansiedad.
En resumen, tu ansiedad, tu des-regulación emocional, tu miedo a fracasar, el insomnio, tus relaciones sociales insatisfactorias, y el estrés son modificables mediante la práctica constante de la meditación y el uso de herramientas mindfulness que te afianzan en la presencia, la sintonía y la confianza, todo ello clave para regular la ansiedad y el resto de las emociones.
No creas nada de lo que te he dicho, pruébalo y así podrás integrar esta herramienta poderosa que beneficia tu estado de ánimo, emociones y tu bienestar global. Experiméntalo y lo entenderás, ¿te acompaño? Después de probar distintas técnicas y herramientas terapéuticas, puedo garantizarte que meditar sana y transforma tu cerebro y tu cuerpo emocional. Escríbeme por WhatsApp a 655 624 863 o escríbeme al email blanca@ankaterapia.com. Si deseas leer más sobre la meditación te invito a que leas el artículo siguiente de mi blog: ¿Qué es Meditar?