Esta pregunta de poder para mí fue la puerta de acceso a todo mi análisis personal y de desarrollo de pareja y es por ello por lo que me gustaría compartir contigo este contenido desde Anka para poderte ayudar en el asunto actual que estés transitando ahora con tu pareja.
Probablemente a fecha de hoy, y por eso estás leyéndome, los conflictos con tu pareja son más habituales de lo deseado sea porqué tus hijos te copan el mayor tiempo de atención (y si no tienes hijos pues personas a cargo u otros quehaceres) o porqué la conciliación laboral y las exigencias te privan de disponer de un espacio de comunicación con él o ella.
Esta dinámica hace que transites con tu pareja situaciones desagradables donde imperan los reproches, las reclamaciones, uno se siente abandonado otro se siente asfixiado y un largo etcétera. A mí me pasó, y no me considero especialmente distinta al resto, así que puede ser que tenga una solución distinta de la que tú crees.
De corazón a corazón, hay que aceptar como un hecho inevitable que en el seno de las parejas es el espacio donde más conflictos e incomodidades hay. Eso es así porqué tu pareja es con quién más tiempo convives y porqué es quién tiene el objetivo y proyecto de vida (aunque sea inconscientemente) de apretarte todas las partes de ti que tú te estás esforzando en tapar y rechazar. Es inevitable tener una etapa en la pareja donde se transite una crisis o una situación de transformación y evolución. Quédate tranquilo o tranquila es normal, no es que tú en especial seas el problema o tu pareja, es que la propia convivencia y misión que tiene cualquier relación de pareja es atravesar túneles de desarrollo personal muy intensos.
Si, es correcto, te falta tiempo para cuidarte y te falta tiempo para comunicarte con tu pareja (en otro video abordaremos el tema estrella de la interferencia de los suegros en la comunicación de las parejas). Y si, la solución puede ser brindar ese tiempo y espacio para una buena comunicación, aumentando la confianza, la seguridad y permitiendo que los temas no sean de “callejón sin salida”. Puedes seguir haciendo tu cita semanal de comer juntos los viernes, o de tener un canguro periódico para ir a cenar, eso ayuda.
Ayuda, pero funciona como un parche o un disimulador virtual. Quiero compartir un tema que a mí me ayudó muchísimo y me permitió seguir avanzando en este camino de pareja, no sé si algún día acabaré estando sola o con otra pareja no sé cuál será mi situación lo que sí sé es que gracias a lo que descubrí en mis sesiones con mi terapeuta obtuve una oportunidad no solo de ampliar mi consciencia sino de poder seguir al lado de mi pareja soltando el piloto automático y dejar de vivir una relación irreal, fingida e inconsciente.
El tema es que las personas que se aman se separan porqué aproximadamente el 66% de los conflictos de pareja tienen su origen en lo que se llama la parte sistémica, es decir, el origen del conflicto con tu pareja está en los patrones aprendidos en tu familia de origen. La relación de apego, esto es, como te relacionabas con tu papa y tu mama, marcará de forma directa y sin temblores tus relaciones futuras de pareja. ¿Qué té parece estos palabrones que te cuento? Son reales y estudiados de forma fehaciente.
Antes de elegir dejar a tu pareja o de elegir seguir estando mal e incómodo con él o ella (o de buscar un amante), permítete chequear en tu interior si formas parte de este 66% y si ejerces tu derecho a transformarte y, por ende, a transformar tu relación de pareja para vivir una relación ahora sí, con comunicación consciente y fluida.
¿Quieres testar esta afirmación de que el 66% de los problemas con tu pareja tienen una relación directa con tu forma de relacionarte con tus padres? Te voy a pedir que hagas un breve ejercicio: levántate y toma un papel en blanco y un bolígrafo. Toma 2 respiraciones profundas con los ojos cerrados, abre los ojos y anota hasta 3 aspectos de tu pareja que no soportes o te saquen de quicio, que sean los reproches constantes que le haces. Luego, cierra los ojos, tomas de nuevo 2 respiraciones, y anota hasta 3 hechos que reclamas o esperas recibir de tu papa y/o de tu mama. Nadie lo va a leer, así que permítete ser radicalmente honesto o honesta. Con los ojos cerrados pregúntate: ¿hacia quién va dirigido en realidad lo que rechazo de mi pareja? ¿quién en mi clan familiar me recuerda esto que hace mi pareja? La respuesta te llegará cuando puedas recibirla, estate atento. Con este ejercicio has abierto la puerta para que pueda entrar.
Llevo más de 30 años junto a mi pareja y puedo decirte que en 4 ocasiones he decidido iniciar la ruptura. Mi 66% me concedió el derecho a romper con inercias ocultas y lealtades internas que me gustaría compartir contigo. Y te cuento un gran secreto, si ante un conflicto decides dejar tu relación y esperando cambiar por otro u otra mejor, la respuesta que recibirás es que tu nueva pareja será igual que la anterior incrementada en 10 puntos su energía de conflicto. Lo que permites, persiste. Lo que ocultas, se repite. Ambas son leyes universales.
Te voy a contar algo. Hasta los 7 años, como niños y niñas, nuestro Hogar y todo lo que se despliega en él, es sinónimo del concepto Amor y marca tus relaciones adultas afectivas. Si tus padres se relacionaban con faltas de respeto, competencia, infidelidades, violencia, ausencia, abandono o indiferencia tú, de forma inevitable, crees y aprendes que eso es el Amor y lo llevas a la pareja. ¿Y qué haces al llegar a la edad adulta? Pues buscas inconscientemente a alguien idóneo y apto para recrear ese mismo escenario (no buscas pareja, atraes a la pareja para que fuerce tu aprendizaje). A veces de forma sutil y, a veces de forma muy clara, repites de forma Leal y Fiel todo lo que viviste de tus padres y de tus ancestros. Es normal, no conoces otra manera de hacerlo.
Eres un fractal o espejo de tus padres: hay una información que sale de una matriz (tus padres) y se repite en ti y se reproduce la misma información de lo que estaba contenido en el inicio una tras otra vez, si nadie la cambia, perdura siempre igual, para la bueno y lo no tan bueno…
¿Para ti, que es en realidad Amar? Tómate unos minutos y piensa sobre ello.
Si sientes literalmente que “mi pareja no me hace caso, nunca soy su prioridad, llega a casa para tomar la bolsa del gimnasio e irse y justo se acuesta cuando ya estoy dormida” o, de lo contrario, “mi pareja me asfixia, está constantemente recriminándome y exigiéndome que le dé más atención y amor, sólo quiere sexo”, puedes estar transitando en una relación de pareja atrapada en el pasado, en un eco de las familias de origen. Un indicio, entre otros muchos, es si sientes un odio o enfado desproporcionado con tu suegra o suegro inclusive celos o sensación que ocupas el segundo lugar tras ellos (esto te lo cuento en otro artículo).
La ecuación Hogar=Amor=Pareja da como resultado unos patrones de conducta aprendidos que se replican en la época adulta en las relaciones de pareja de formas más o menos evidentes. Son verdades incómodas. Si te resuenan, acéptalo, no lo niegues ni rechaces, simplemente acógelo, no te sientas culpable ni víctima, simplemente atestigua si te sucede o no, atestigua también la negación o el autoengaño al que recurre rápidamente tu mente. ¿Cómo? Por ejemplo, si te sientes molesto o incrédulo cuando estés leyéndolo y decidas saltar el párrafo, cerrar la pestaña para dejar de leer el artículo u oír dentro de ti “esto a mí no me pasa”. Si decides ver el video por si ahí no te lo cuento no lo hagas, porqué también sale, si es cierto que aquí con más detalle (en el video te cito 2 principales patrones y a continuación te detallo las top 5 que en más ocasiones se detectan en parejas):
- Por ejemplo, cada vez que inicias una relación amorosa o, cuando te casas, saboteas la relación a través de la infidelidad, de los celos excesivos o de la indiferencia, porque según tu programación acerca del amor toda persona que dice que te ama te abandonará tarde o temprano, así que prefieres herirla, abandonarla o rechazarla antes de que ella lo haga primero. Sufriste la herida del abandono en la infancia, sea un abandono físico o emocional.
- En tu relación afectiva puedes acabar intimidando a tu pareja, o te dejas intimidar por ella, pensando que esto significa amar y, debido al miedo que te genera, te niegas el derecho de pedir a tu pareja lo que necesitas de ella: aprecio, comunicación, sensibilidad e intimidad. Para ti amor es sinónimo de violencia, tensión y discusiones, como en la infancia. En este escenario, he visto como el recurso al consumo de sustancias acaba siendo la única salida que tienes para alcanzar una falsa paz.
- En tu relación afectiva o matrimonial sientes mucho escepticismo y desconfianza, casi estás convencido que la palabra amor es una utopía o engaño. Y, aunque los datos objetivos te prueban lo contrario, sigues negándote la oportunidad de amar por la culpabilidad que sientes de ser más feliz que tus padres. Esta actitud termina arruinando cualquier relación, a pesar de lo potencialmente amorosa y bella que fuera. Desde pequeño captaste la profunda insatisfacción de tu padre, de tu madre o de ambos en sus vidas como pareja.
- Si para ti hogar y Amor significaba criticar constantemente al otro miembro de la pareja, sucede que en lugar de que aceptes incondicionalmente a tus seres queridos (inclusive hijos) lo que haces es someterles a una presión constante para que moldeen su carácter de acuerdo con lo que tu piensas que deben ser. Esta actitud hace que tu pareja tenga miedo a manifestar sus sentimientos y pensamientos, hasta obligarle a vivir solo o sola y aislado, divorciado. Y si tus hijos se crían en el imperio de la crítica y el perfeccionismo extremo, muchas veces se convierten en personas adictas a criticar a los demás y que, por miedo a ser criticadas o rechazadas por sus iguales, renuncian a ser ellos mismos, a su autenticidad, a escuchar su propio corazón, o terminan vendiendo su alma, sus principios o su cuerpo, con tal de sentirse aprobados.
- Quizás para ti amar significa dar cosas materiales y mantener un estilo de vida con muchos lujos, aunque ello implique que tengas que trabajar tu o tu pareja o ambos fuera de la casa y dejar a una extraña el cuidado de tus hijos, y debas de sacrificar tu relación de pareja, tu relación con los niños, tu paz mental y tu salud, para mantener ese estándar de vida tan elevado. Dar más importancia a lo material que a lo sentimental, tarde o temprano, te produce unos vacíos muy dolorosos. Si igualas amor con cosas materiales, te conviertes en una persona utilitaria, manipuladora y superficial que juzgas y valoras a tu pareja en función de lo que tiene y de lo que te puede dar.
En mi caso, casi cumplía con los 5 patrones de repetición. Y mi pareja más de lo mismo. Éramos 2 adultos en busca de papa y mama, no éramos pareja sino madre e hijo y padre e hija. Un auténtico caos. Y lo peor de todo, no entendíamos cómo podíamos hacernos daño si nos amábamos. ¿Por qué? Pues porqué al igual que tú, cuando estás en pareja atraviesas la fase de enamoramiento, ese “chute” de adrenalina donde todo parece maravilloso y todo se sostiene en total armonía. Esa fase cae, al igual que te sucede cuando sales con tus amigos de copas a una discoteca, todo lo que sube acaba bajando. Tras la fase de enamoramiento, ¿qué queda? Pues queda la fase de construcción del amor, una fase de aprendizaje y descubrimiento.
Peter Bourquin afirma que la clave del buen funcionamiento de una pareja se fundamenta en 4 vértices angulares: la presencia, la responsabilidad, la afectividad, y el amor. Yo añado una más: la voluntad o deseo de cambio. Darte cuenta de quién eres, que rol juegas en la pareja, así como en tu familia de origen, darte cuenta y conocer el pasado. Todo ello, da a tu relación de pareja un aroma y frescura que no tiene precio. Y aunque pueda parecerte imposible un cambio, te puedo contar que muchas parejas después de realizar, por ejemplo, una constelación familiar se miran distinto y dejan aparte los reproches mutuos porqué van aprendiendo y aceptando que su pareja no es su padre o su madre.
Hacer un chequeo a la relación de pareja es un acto de honestidad y amor que da unos frutos inmensos. Una relación de pareja es el laboratorio por excelencia donde se plantan las semillas de una infancia buena para tus hijos, de un trabajo próspero, de unas amistades verdaderas y de una autoestima óptima.
¿Y tú, te apetece chequear tu relación afectiva? ¿Quieres asegurarte que tu asunto actual con tu pareja no es una condena del 66%?
¿Crees que hubieras llegado hasta el final del artículo sino creyeras profundamente que si puedes cambiarte y transformar la relación?
Si quieres darte la oportunidad y que te ayude a profundizar en tu interior y descubrir tu verdad, te animo a que te pongas en contacto conmigo.
Si crees que aún no necesitas ayuda, te animo a que leas “¿Por qué creo que no necesito ayuda?” en mi Blog.
Gracias por hacerlo posible y recuerda que todos deseamos amar y ser amados.