Voy a contarte un caso de una acompañante que ha venido a Anka Terapia. Le pedí que me dejara contar su historia por lo reveladora que fue su constelación familiar para la resolución de su conflicto de pareja. Vino a consulta por qué literalmente “estoy mal con mi pareja, creo que lo mejor sería separarnos, pero tengo miedo a estar sola: ¡qué va a ser de mí!”.
Ana (nombre no real) lleva con su marido 24 años juntos de los cuales 19 en convivencia marital. Ninguno de los dos tuvo previamente una relación, se conocieron desde muy jóvenes. Aparentemente (y así ella lo dijo el primer día que me conoció) somos “la pareja idílica”. Después de decirme esto, me miró, sostuve el silencio y explotó a llorar. Nada más lejos de la realidad. Su relación estaba siendo un puro sufrimiento, reproches a diario, exigencias, “por qué no haces esto” “como puede ser que…” “ya está bien, siempre me dejas de lado” y un largo etc de comunicaciones inconscientes. Ana tenía la sensación de que por mucho que ella hiciera y cambiara, los reproches y recriminaciones de su pareja seguían igual (y así era). Principalmente su pareja le recriminaba que “estás poco por mi” “nunca te apetece darme cariño ni afecto” “siempre me pides más espacio pero yo te amo y te necesito”.
Tras tres sesiones individuales de terapia, hizo una constelación grupal cuyo objeto era “la relación con mi pareja”. Hasta la fecha es una de las constelaciones que más me ha llegado al corazón, por su simplicidad, su valentía y sobre todo, por el despliegue de la foto del origen de su conflicto: Ana buscaba en su pareja a un Papá que le protegiera, sostuviera y cuidara. Por su parte, su marido era dependiente de ella por el abandono que sufrió de pequeño de su madre, por lo que él buscaba en Ana a la Mamá que hubiera deseado y no tuvo. Asimismo, él proyectaba en ella todos los reclamos que suele hacer un niño a su madre, así como sus “pataletas” cuando se sentía desatendido. Por su parte Ana, comprendió que lo que vivió de pequeña condiciona directamente en la relación con su marido y que lejos de ser un tema personal de ellos dos, se convierte en un asunto sistémico de la familia de origen.
El marido de Ana le reprochaba y le criticaba constantemente porqué así lo vivió él en el seno de su familia. Cuando te crías en familias disfuncionales donde criticar e intentar cambiar al otro es el eje central de la relación sucede que en lugar de que aceptes incondicionalmente a tus seres queridos (inclusive hijos) lo que haces es someterles a una presión constante para que moldeen su carácter de acuerdo con lo que tu piensas que deben ser. Esta actitud hace que tu pareja tenga miedo a manifestar sus sentimientos y pensamientos, hasta obligarle a vivir solo o sola y aislado, divorciado. Y si tus hijos se crían en el imperio de la crítica y el perfeccionismo extremo, muchas veces se convierten en personas adictas a criticar a los demás y que, por miedo a ser criticadas o rechazadas por sus iguales, renuncian a ser ellos mismos, a su autenticidad, a escuchar su propio corazón, o terminan vendiendo su alma, sus principios o su cuerpo, con tal de sentirse aprobados. Ana luchaba contra ella misma para hacer lo que fuera para ser aceptada por su marido, si bien, en realidad Ana inconscientemente buscaba la aceptación y el amor de Papá. Ana tuvo un Papá controlador, muy crítico con ella, perpetrador y que lejos estaba de poder ofrecer a su hija un amor y paz interior. Muchas veces te autoniegas en tus necesidades para complacer a tu pareja, reforzando así el círculo vicioso de una dependencia emocional.
Para amar a tu pareja necesitas conocerte y conocer tu historia de vida, tu vínculo con papá y con mamá. Sólo cuando tomas a tus padres y tomas consciencia de las “lealtades ocultas” que te rodean, te das el permiso para la felicidad y el amor consciente.
El marido de Ana daba por sentado que Ana tenía que complacerle en todo, que tenía que darle todo lo que él le pedía y lo que él necesitaba, sin más. Él sentía el pleno derecho a recibir todo lo que necesitaba de Ana. Esto provocaba en Ana una indefensión aprendida: “por mucho que haga, nunca se siente satisfecho, nunca me ama”, lo mismo que sentía con su Papá.
La constelación le permitió a Ana mirar hacia dentro, palpar la verdad de su infancia y la calidad del primer vínculo afectivo que tuvo: el vínculo con Papá y con Mamá. A raíz de la constelación, la relación cogió otro giro, un aroma de serenidad y de comprensión profunda que permitió mirarse como adultos y no ya como niños. Con la constelación Ana pudo ver el camino que necesita tomar para vivir una vida tranquila y más momentos de disfrute. Vivir sin miedo a perder. Empezó a palpar lo que es aceptar y sentirse aceptada. Estar en paz.
Si en tu relación suenan campanas de separación, te invito a hacer una constelación familiar para tomar consciencia de la realidad de lo que está sucediendo y poder dar una resolución al conflicto de tu pareja desde un lugar cierto y claro, no desde un lugar confuso. Obtendrás claridad, determinación, comprensión y una nueva ruta de acciones a seguir.
¿Quieres saber que sucede en una constelación? Te invito a que hagas un breve ejercicio. Toma dos trozos de papel, en uno pones tu nombre y en otro el de tu pareja. Sitúalos en el suelo, posicionados como tu sientas. Una vez hecho esto, te pones de pie encima del papel que pone el nombre de tu pareja, respiras y permites sentir qué sucede al abrir los ojos y ver el trozo de papel que pone tu nombre.
¿Necesitas dar una solución al estado actual de tu relación de pareja? ¿Buscas tu felicidad y ser amado desde la tranquilidad y la paz? Con las constelaciones tomas consciencia de lo que está sucediendo y del camino a tomar para cambiar. “Conflicto observado, conflicto resuelto”. Una vez hayas constelado, verás el camino a seguir y los pasos a tomar para vivir en paz. Te ofreceré herramientas conscientes para una sana comunicación y entendimiento de ti mism@ y de la relación. Hay un antes y un después de constelar, accedes a un camino de consciencia y amor en las relaciones.
Escríbeme por WhatsApp a 655 624 863 o escríbeme al email blanca@ankaterapia.com y te informo de mis talleres grupales e individuales. Si quieres saber más sobre las constelaciones, te invito a que veas los artículos y videos de mi blog: Constelaciones Familiares
Gracias por hacerlo posible. Om shanti.